SOBRE LA PRESENCIA EN EL TERRITORIO VENTAMORINO Y ALEDAÑOS DE UNA PLANTA MUY RARA EN LA FLORA VALENCIANA
© Pablo Ferrer Gallego
*Centro para la Investigación y Experimentación Forestal (CIEF). Servicio de Vida Silvestre. Conselleria d’Infraestructures, Territori i Medi Ambient. Generalitat Valenciana. flora.cief@gva.es
La flora de la Comunidad Valenciana cuenta aproximadamente con 3.500 especies vegetales, de las que más de 3.000 se consideran autóctonas o propias del territorio, mientras que el resto son las denominadas alóctonas u originarias de otras zonas del planeta. Muchas de estas especies son consideradas frecuentes, es decir, que su ocurrencia en la zona no es rara, pues habitan en varios territorios de toda el área valenciana. Por otra parte, existe un conjunto de especies a las que se le atribuye el adjetivo de “rara”, debido a su escasa presencia en la zona o su afinidad por ambientes ecológicos muy especiales, como es el caso por ejemplo de la flora exclusiva de suelos salinos o yesosos.
No obstante, la abundancia de una especie en un determinado territorio está sujeta además de a un componente espacial, también a una dimensión temporal, pues lo que ahora puede ser abundante, en un pasado pudo no serlo, o al contrario, y asimismo, lo que ahora es escaso en un futuro puede ser un elemento de lo más frecuente. El estudio de la distribución de las especies en el espacio, ciencia denominada biogeografía, suele mostrar especial interés por las especies que se muestran de una manera escasa en el territorio, es decir, las que venimos denominando raras en este documento.
Para la comarca Requena-Utiel, y en concreto el municipio de Venta del Moro, existe un buen conjunto de especies presentes en su área geográfica que resultan muy raras para el resto de la flora que vegeta en la Comunidad Valenciana. Un ejemplo de este tipo de flora ya fue considerado en una nota aparecida en estas páginas hace ahora un año, cuando hablamos de la presencia en las Salinas de Jaraguas de una verdadera rareza botánica para toda la flora española, científicamente denominada Puccinellia hispanica. En esta ocasión, creemos interesante dar noticia de un proceso que hemos venido observando desde hace varios años y su consecuencia para la flora del territorio. En concreto se trata de la presencia de otra rara especie vegetal en nuestra zona, pero esta vez de una especie que pertenece a la familia de las compuestas, es decir al grupo que engloba a los girasoles, margaritas, manzanillas y un largo etcétera, pues es una de las familias botánicas que cuenta con mayor número de especies en toda la Tierra. Su nombre botánico es Centaurea solstitialis, y fue descrita para la ciencia en 1753.
En nuestro territorio ha sido localizado a lo largo de las infraestructuras viarias que se han construido con motivo del ferrocarril de Alta Velocidad Española (AVE), donde hemos localizado centenares de miles de plantas creciendo en los márgenes y taludes de las vías, desde el puerto de Contreras hasta el límite del término de Jaraguas con Caudete de las Fuentes, es decir una distancia en línea recta que abarca aproximadamente 11 kilómetros. Esta especie se distribuye en gran parte de Europa central y meridional, adentrando en Asia por las zonas contiguas. Dentro de la Península Ibérica se reparte fundamentalmente por su mitad norte, sobre todo en el extremo nororiental, diluyendo fuertemente su presencia al sur. Esta especie suele crecer en campos de cultivo de secano y en herbazales, preferentemente sobre suelos removidos.
Para la Comunidad Valenciana, ha sido citada en la provincia de Castellón, presente en las comarcas del Bajo Maestrazgo, Alto Maestrazgo y El Alcalatén, también se conoce en Peñíscola y en el término de Barracas. En la provincia de Alicante no está nada clara su presencia, pues puede haberse confundido con alguna otra especie muy parecida. De hecho, es muy próxima a otra especie que crece en nuestros viñedos y márgenes de caminos, que resulta muy abundante, y se llama “cardo escarolado” o centaurea de Melilla.
La presencia ahora de esta especie en la flora del término de Venta del Moro confirma que la planta se encuentra dentro de la provincia de Valencia, pues en 1797, el ilustre botánico valenciano Antonio Joseph Cavanilles señaló que existía en la comarca de la Vall d’Albaida, donde no se ha vuelto a localizar hasta el momento. La explicación de su reciente presencia en nuestro territorio se debe al movimiento de áridos a consecuencia de las obras de infraestructura del AVE, pues no es extraño que la maquinaria empleada en este tipo de obras transporte semillas procedentes de otros lugares que luego pueden germinar y consolidar grandes poblaciones de plantas en sitios muy alejados de donde proceden en origen.
Por último, es necesario mencionar que esta especie no resulta perjudicial para el ambiente y puede catalogarse como una planta inocua, es decir, que no hace daño para los cultivos de viñedo ni cualquier otro cultivo de secano, aunque eso sí, como buen cardo que es, muestra largas espinas muy punzantes de color marfileño que rodean las flores, que son de color amarillo.
Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro
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