Evolución morfológica de los núcleos habitados de Venta del Moro (I):
JARAGUAS, CASAS DE PRADAS Y CASAS DE MOYA.
© Adriá Besó Ros
El poblamiento actual del término de Venta del Moro se caracteriza por una concentración del número de habitantes en siete núcleos: el de Venta del Moro y seis aldeas. Estas se localizan sobre la mitad septentrional del término, cuyas condiciones geográficas favorecen la extensión de las tierras dedicadas al cultivo. Por otro lado en la mitad meridional, con unas condiciones menos favorables, ha existido históricamente una población dispersa en caseríos o casas de campo ligada a una economía de subsistencia basada en el cultivo de pequeñas huertas y de un aprovechamiento de los recursos del medio forestal, que entran en declive a partir de los años treinta del siglo XX y desaparecen casi por completo a partir de los años sesenta. Por tanto Venta del Moro adopta una estructura de poblamiento polinuclear formada por un núcleo principal (Venta del Moro) y por otras seis aldeas de menor entidad, en su mayoría consolidadas como tales entre la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX coincidiendo con un proceso de expansión del cultivo de la vid destinada a la elaboración del vino. Como testimonio de este antiguo hábitat disperso encontramos un buen número de caseríos, corrales casillas y otras construcciones menores, en su mayor parte en un estado avanzado de ruina como consecuencia de su prolongado abandono.
Con este trabajo iniciamos una serie dedicada a analizar la evolución de la forma urbana de los núcleos habitados de Venta del Moro. Partiendo de las referencias históricas, publicadas en diversos estudios, tratamos de explicar la evolución de este poblamiento en el siglo XX a partir de diversas fuentes cartográficas. Entre ellas se encuentran las minutas cartográficas realizadas en 1904, las fotografías del Vuelo Americano, serie A (1945) y serie B (1956), y de diferentes vuelos realizados por el Instituto Geográfico Nacional de España 1.
JARAGUAS
Este núcleo se localiza a 5,6 km al norte de Venta del Moro por la carretera CV-475, en la confluencia de la rambla de la Albosa con el barranco de la Huerta. Se sitúa en un lugar de paso y cruce de veredas.
Las primeras referencias a Jaraguas provienen de un documento fechado el 28 de abril de 1492, donde se habla de la heredad de Jaraguas, por lo que debemos pensar que se trataría de un caserío disperso. Unos años más tarde, en 1543, la documentación ya se refiere a la aldea de Jaraguas. En 1752 se registran 10 vecinos, lo que equivale a algo más de cuarenta habitantes. Según Piqueras 2, la desamortización y el reparto de la Dehesa de Sevilluela entre sus vecinos en 1773 supuso el inicio de la prosperidad y del desarrollo demográfico de este núcleo de población. En 1870 la población alcanza las 250 personas.
Evolución de la población en el núcleo de Jaraguas.
Este núcleo de población se sitúa en la confluencia de tres ramblas: la Albosa, la Rambla de los Encaños y la Rambla Salada. El caserío inicial se enmarca en un espolón, donde el pueblo se ha desarrollado buscando el abrigo de la solana. Según Piqueras, este tipo de asentamiento se explica por factores defensivos, climáticos e hidrológicos 3. En la planimetría del año 1904 encontramos definidos los principales ejes que atraviesan el núcleo, junto a los que se ha configurado la trama urbana:
- De norte a sur asciende en pendiente prolongada, pasando por la fuente del Amparo, el antiguo camino de Fuenterrobles, que fue ocupado hacia 1911 por el primer trazado de la carretera vecinal de la carretera radial de Madrid a Venta del Moro, (actual CV-475), que posteriormente fue desviado hacia el oeste por fuera del núcleo de población, cuyo trazado discurre en paralelo al cauce de la Rambla de la Albosa. Este antiguo camino entra en el núcleo por la calle de la Fuente, pasa por la plaza de San Francisco Javier, baja por la calle Imperio a buscar la Plaza de San Felipe, y desde esta se dirige hacia el este por la calle de San Felipe, a buscar la salida de la población por la calle Eras y calle Campillo y cruza la rambla de la Huerta por un puente de fábrica de un arco para girar hacia el suroeste a buscar el encuentro con la actual carretera
- El otro eje articulador es el antiguo camino de Utiel, que pasaba por las Salinas. Este entra desde el este por la calle Valencia hasta confluir en la plaza de San Francisco Javier con el antiguo camino de Fuenterrobles, y donde se encuentra la iglesia parroquial, que tiene su origen en una ermita levantada en 1715 4.
Por tanto, es en la confluencia de estas dos vías donde situamos el asentamiento originario de esta aldea. Las alineaciones de las casas del lado norte de la calle Cid presentan una línea escalonada, lo que indica que en un primer momento estos edificios formaron la parte trasera y corrales de las casas construidas en torno al eje descrito de la calle de Valencia. Con posterioridad, en una segunda etapa de crecimiento, se añadirían las casas del flanco sur, y de esta manera la población ha ido creciendo hacia esta dirección en base a estas calles trazadas de forma paralela.
Allí encontramos algunos callejones sin salida como vemos en Venta del Moro, lo que atestigua la mayor antigüedad de este núcleo en relación al de las otras aldeas del término de Venta del Moro, de configuración más reciente.
En 1904 los límites del núcleo quedaban claramente delimitados por el este por el trazado de la calle Molino; por el norte, por las calles Castillo –donde se posiblemente se situarían un conjunto de eras y corrales– y Barrionuevo; y por el oeste, por las calles Cuesta y Cuatro Esquinas. Jaraguas registra un cierto dinamismo demográfico durante la primera mitad del siglo XX hasta que alcanza su máximo en 1950 con 731 habitantes.
Este incremento de la población se manifiesta en un crecimiento del núcleo, que se concentra sobre todo hacia el este y toma como eje el trazado de la antigua carretera de la radial de Madrid a Venta del Moro, a partir del cual se configura la actual calle de San Felipe. En paralelo a este eje, van surgiendo otras vías de en forma de vías que parten también de la calle Molino hacia el este (calles Bodegas, Cambrillas y Campillo). Por el norte se configura el trazado de las calles Castillo, Primero de Mayo, Fútbol y Barrionuevo. Y por el oeste se cierra el núcleo entre las calles Esquinas y Chopera y a partir de la calle Cuesta se articula el crecimiento tomando como eje la calle Patio. Este es el perímetro que muestra el núcleo en la fotografía aérea de 1946, cuando ya alcanza su máximo crecimiento. La imagen de 1956 nos muestra a penas muestra cambios substanciales.
CASAS DE PRADAS
Este núcleo se localiza a 5 km al sur de Venta del Moro por la carretera CV-475, en la margen izquierda de la rambla Albosa en su confluencia con la rambla Bullana, y aprovechando la solana, donde se encontraban las huertas, hoy prácticamente abandonadas o reducidas a secano.
El origen del topónimo se relaciona con la familia utielana de los García de Pradas, quienes poseían una casa de labor hacia mediados del siglo XVIII. La roturación de la Dehesa de la Albosa a partir de 1794 contribuyó a su consolidación como aldea, que en 1870 contaba ya con 48 casas. Desde las últimas décadas del siglo XIX experimenta un gran crecimiento, que culmina en 1940 cuando registra el máximo número de habitantes.
Esta aldea tiene su origen en un caserío levantado en un cruce de caminos, que han marcado los principales ejes de crecimiento, tal y como se puede apreciar de forma clara en la planimetría de 1904. De norte a sur discurre el camino de Venta del Moro a los Cojos, transformado a principios del siglo XX en camino vecinal de Venta del Moro a los Isidros, que al atravesar la población adopta por nombre de calle Ramón Ochando.
A ella confluyen por el norte el camino de las Monjas (calle Monjas), que a principios del siglo XX se encontraba sin urbanizar, por el este el camino del Boquerón (calle San Luis Beltrán), y por el oeste el camino de Casas de Moya (calle de la Fuente). A este llega desde el sur el camino de Villatoya (calle Molino), con el que confluye en la plaza de la Iglesia (plaza Maestro David Pastor). El templo se levantó en 1850 5, que fue bendecido en 1959 después de una completa reedificación 6. Sería en esta parte baja donde situaríamos el origen de la población, ya que su entramado urbano presenta una estructura de calles irregular con los característicos callejones o adarves que le otorgan un aspecto de núcleo cerrado, cuya morfología contrasta con las manzanas situadas al norte de la calle del Carmen y al oeste de la calle Santa María, donde el trazado presenta una morfología más regular y las calles se estructuran en forma de peine con vías que parten en perpendicular del eje principal de crecimiento marcado por la calle Ramón Ochando.
En una fotografía aérea de 1946 vemos como el núcleo ha crecido sobre todo en sentido longitudinal siguiendo el eje formado por la calle Ramón Ochando, desde la calle Eras de Arriba por el Norte, y desde las calles del Tejar y Palomas por el sur. Se consolida también en la parte meridional un grupo de casas alrededor de las calles del Aire y Eras de Abajo, junto al camino de Villatoya. A partir de este momento se consolida la extensión del caserío en su estado actual, sin observarse variaciones substanciales en las fotografías aéreas de 1956 y de 2012.
CASAS DE MOYA
Se localiza a 5.8 km al sureste del núcleo de Venta del Moro, por la carrera CV-455. En la parte oeste, entre los caminos de Villargordo del Cabriel y de los Cárceles brotaban algunas fuentes, cuyo caudal se recogía en pequeñas balsas que servían para regar algunas parcelas que conforman la reducida extensión de huerta 7. Al final de la misma se inicia la cañada que poco más debajo da lugar al barranco del Varejo o de las Fuentes, que desembocará en la Rambla de Albosa, casi al mismo tiempo que la de la Bullana, frente a Casas de Pradas 8.
Como la mayor parte de las aldeas del término, esta tiene su origen en un caserío emplazado sobre un cruce de caminos. En el Catastro del Marqués de la Ensenada aparece como un caserío habitado por cuatro vecinos o familias. En 1870 ya había adquirido el carácter de una aldea compacta con 30 casas, que se incrementan a 98 en 1900, coincidiendo con el auge de la expansión vitivinícola 9. Es en la década de 1950 cuando alcanza su máximo desarrollo con 494 habitantes y 142 casas. A partir de esta fecha el núcleo ha iniciado una paulatina regresión demográfica.
En la planimetría de 1904 se aprecian los principales caminos que confluyen en la plaza de San Antonio, donde se encuentra la iglesia construida en 1924 10. Por el norte penetra el camino de Jaraguas, que se transformará en camino vecinal de Venta del Moro a Casas de Moya y constituye la principal entrada a la población (calle Martín Lázaro). Por el noreste, los caminos de Casas del Rey y de la Bullana de Arriba, que se unen a las afueras de la población para penetrar hasta la plaza por las calles de la Cooperativa y Dos de Mayo. Y por el noroeste el camino de Villargordo del Cabriel (calles Flores y Huertos). Por el sur se encuentran en la calle del Bar el camino de las Casas de Pradas, que llega por el sureste, y el camino de los Cárceles, que entra por el suroeste, para continuar por la calle de la Iglesia hasta el encuentro con los otros caminos que llegan desde el norte en la plaza de San Antonio Abad junto a la iglesia.
En la imagen del vuelo americano de 1946 podemos observar como la aldea ya adquiere su extensión actual. En el censo de 1950 se contabilizan 146 viviendas. El mayor crecimiento registrado entre 1904 y 1946 se ha producido siguiendo los ejes de los caminos que entran por el norte, donde se crean las calles Nueva, Almacenes y Flores. Por otro lado se completa el perímetro del núcleo con la construcción del flanco este de la calle Escuelas y el lado sur de la calles del Bar. Por el sureste se construyen algunas casas y corrales a ambos lados del camino de Los Cárceles, formando la calle del Pozo. Por ello, en las fotografías aéreas posteriores de 1956 y de 2012 no se aprecian más variaciones. Las calles de la aldea presentan un trazado bastante regular con manzanas cuya morfología se adapta al trazado de los ejes viarios preexistentes.
1.- Todos estos documentos cartográficos pueden consultarse online en la fototeca del Centro Nacional de Información Geográfica: https://fototeca.cnig.es/ (Consultado 28/06/2017).
2.- PIQUERAS HABA, Juan. Geografía de la Meseta de Requena-Utiel. 2ª ed. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1997, p. 156.
3.- PIQUERAS HABA, Juan. Geografía de la Meseta de Requena-Utiel…, p. 156.
4.- LATORRE ZACARÉS, Ignacio. “Población diseminada en el término de Venta del Moro”. El Lebrillo Cultural, (2015), p. 11-21.
5.- PIQUERAS HABA, Juan. Geografía de la Meseta de Requena-Utiel…, p. 161.
6.- LATORRE ZACARÉS, Ignacio “Nuestras aldeas III: Casas de Pradas”. El Lebrillo Cultural, 9 (1998), p.13-18.
7.-ESTEPA. “Mapas de los regadíos históricos de Venta del Moro”. El Lebrillo Cultural, 23 (2006), p. 51-56.
8.- PIQUERAS HABA, Juan. Geografía de la Meseta de Requena-Utiel…, p. 162.
9.- LATORRE ZACARÉS, Ignacio. “Nuestras aldeas II: Casas de Moya y sus caseríos”. El Lebrillo Cultural, 7 (1997), p. 5-10.
10.- PIQUERAS HABA, Juan. Geografía de la Meseta de Requena-Utiel…, p. 163.
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