El día que estuve retenido en Venta del Moro y la cueva de Blas Haba

© Antonio López Haba

Antonio López Haba (Los Isidros, 1941), antiguo carbonero del Cabriel, guardia civil jubilado y gran amante y conocedor de todo el Valle de la Albosa nos relata el día que estuvo retenido como guardia civil en el cuartel de Venta del Moro ante la protesta vecinal por la supresión del cuartel (enero de 1991) y los misterios de la Cueva de Blas Haba ubicada en el término de Venta del Moro cerca de la Albosa.

DE CUANDO ESTUVE RETENIDO COMO GUARDIA CIVIL EN VENTA DEL MORO

Hace más de veinte años, precisamente a primeros de enero de 1991. Sobre las 9 horas de la mañana, el Capitán Jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Requena me dijo:

“Haba (así era conocido yo en la Guardia Civil), prepara el coche que nos vamos a Venta del Moro que hay algún problema”.

El problema era que parte del pueblo de Venta del Moro había ocupado el cuartel al enterarse que se había decidido suprimir elpuesto de la Guardia Civil. El pueblo, en protesta,se reunió para apoyar al Cabo 1º Comandante de Puesto, D. Antonio Real Durán, y al resto de guardia civiles y familiares para ver si podían evitar dicha supresión y que los trasladasen a otras unidades.

Yo no sabía nada y la sorpresa fue cuando el Capitán bajó del coche y pasó al Cuartel. Se habían concentrado muchos habitantes de Venta del Moro. Traté de retirar el vehículo

hacia afuera, pero me lo impidieron a  formar una cadena humana y no me dejaron mover el coche. Quedé retenido durante dos días. Lo cierto es que tuve que estar entre los manifestantes que se quedaron de guardia por la noche con una lumbre inmensa quemando varios tractores de leña y cepas. Mientras tanto, las autoridades locales sólo hacían que hablar con las de Valencia que hacían oídos sordos pretextando que era fiesta (estábamos en plena noche de Reyes).

Recuerdo nítidamente que el Capitán recibió una llamada del Jefe de Valencia y me dijo: “Haba, me han ordenado que esto se termine”. Al Capitán lo pusieron entre la espada y la pared ya que su intención era resolver el problema pacífica y dialogadamente. A mí se me ocurrió una idea y se la conté y creo que la puso en práctica. Después de hablar repetidas veces con el alcalde y manifestantes, tras cuarenta horas, se disolvió la concentración.

El problema era complejo, pues Venta del Moro estaba indignado. Estas jornadas jamás las olvidaré. La supresión del Puesto había sido ordenada desde Madrid y nada podía hacer ni el Capitán, ni yo para evitar el cierre del cuartel.

A pesar de haber pasado más de veinte años de los sucesos, aun me acuerdo de la loable actitud de los venturreños y aprovecho estas líneas para felicitar a todos los que se manifestaron en esas fechas, pues había muchos niños que hoy serán mayores que demostraron querer que se mantuviera la Guardia Civil en su pueblo.

El que suscribe, que lo tuvisteis retenido dos días entre vosotros, también hubiera reaccionado de la misma forma. Yo también me siento venturreño, ya que mi madre María Haba Olmo era hija de Nazaria Olmo Cardona, nacida en el caserío de El Boqueroncillo, cerca de la pedanía de Las Monjas, donde también creo que nació mi bisabuelo Juan José Olmo Maranchón. También me decía mi madre que todos los apellidos Olmo u Olmos eran de la misma familia y vivían en Venta del Moro, Casas del Rey, Los Ruices, Las Monjas, Pedriches, Barraca de Aguas Vivas (cercano a Alcira) y como es natural en Los Isidros (donde nací).

Por último quiero proclamar un ¡Viva Venta del Moro!. No olvidaré en aquellos días el afecto que el pueblo demostró a la Guardia Civil, cuerpo donde he permanecido durante 40 años.

LA CUEVA DEL TÍO BLAS HABA

Cerca de la Rambla Albosa, en la zona del Saltaero de Los Cojos, por el camino que va de la Casa Lanza a la rambla, existen 3 cuevas. 2 son relativamente modernas, pero una, la mayor, es la cueva denominada de Blas Haba.

La cueva es artificial y consta de dos habitáculos. La primera vez que la vi fue en la década de los 50 en un día de Pascua y la última este mismo año.

De pequeño, mi madre me contaba cosas del tío Blas Haba y me decía que era de nuestra familia como pariente de mi abuelo Rogelio Haba Rodríguez. Era soltero y tenía mucho dinero y fincas. En concreto, toda la finca de la Casa Lanza era suya. Durante las guerras carlistas, para refugiarse construyó la citada cueva con el fin de esconder el dinero y librarse él mismo de los asaltos y robos de los carlistas.

Hablé recientemente con mi tía Dominica Haba Olmos de 100 años de edad y recordaba que el Tío Blas tenía un pellejo de vino lleno de dobletas de oro y que se lo robaron de dentro de la cueva. Así pues, Blas optó por otras formas de guardar el dinero. Blas Haba vivió en una casa de Los Cojos donde fortuitamente hace unos 35 años, por un gorrino que rompió una pared, se encontró una cesta llena de dinero, caso que presenció el vecino de Los Cojos Enrique Haya. La cueva fue cavada varias veces en busca de más dinero. Parte de las monedas encontradas son las que se pueden apreciar en la foto.

 


 

Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro

Lebrillo 28