EL
PUENTE DE
VADOCAÑAS
(VENTA
DEL MORO - INIESTA)
Autor:
Santiago
Palomero Plaza (Arqueólogo, director Museo Sefardí de Toledo)
Extractamos
del artículo "Acerca de dos puentes de la provincia de Cuenca: uno de época
medieval (El Castellar. La Parra de las Vegas) y otro de época moderna (Vadocañas.
Iniesta)", publicado en el "Homenaje a Samuel de los Santos"
(Instituto de Estudios Albacetenses, 1988), la primera parte que está referida
al Puente de Vadocañas. El artículo, reproducido gracias a la gentileza de su
autor, incide en la polémica sobre el hipotético origen romano de algunos
puentes.
Cuando
estudiamos las vías romanas de la provincia de Cuenca (*1) y en consecuencia
las obras de fábrica romana en relación con éstas, tuvimos la oportunidad de
conocer una serie de puentes, entre los que se encuentran los aquí citados, que
hasta entonces venían siendo considerados como romanos, tanto por la tradición
popular como por diversos eruditos o historiadores. Una vez conocidos los
puentes romanos y las vías de la provincia, llegamos a la conclusión que no
cabía considerarlos como tales, por diversas razones que citaremos a lo largo
de este artículo, razones que esperamos puedan servir a su vez de reflexión en
el, muchas veces, difícil problema de diferenciar puentes romanos de otros
posteriores.
El problema de la definición,
identificación y características de los puentes romanos ha sido tratado por
diversos autores, sobresaliendo entre estos P. Gazzola (*2) y Fernández Casado
(*3). Pero a pesar de este intento loable, para J.M. Roldan, en su estudio sobre
el "Camino de la Plata": "Hoy por hoy, todo el que se enfrente
con el problema de un puente romano ha de dar en la mayoría de los casos palos
de ciego, basándose en la semejanza con otros que se encuentran ya datados por
otras causas, pero siempre con bases poco firmes..." (*4).
Posteriores
trabajos como los de Abasólo (*5) en Burgos y Liz Guiral y Martín Bueno (*6),
en La Rioja, resuelven problemas concretas de las áreas de su estudio, y
nosotros mismos hemos documentado más de quince puente romanos en la provincia
de Cuenca (*1). Dentro de este panorama de clarificar en áreas concretas de
estudio el problema de los puentes y las vías de comunicación relacionadas con
ellos, nos dedicamos a dar a conocer estos dos puentes: Fl del Castellar (La
Parra de las Vegas) y el de Vadocañas (Iniesta-Venta del Moro).
Ambos
puentes entrarían dentro de lo que Fernández Casado considera "el tercer
tipo de puentes romanos", que define a lo largo de su obra:
"Corresponden al puente de vano único, o por lo menos, único importante,
que, al ser de medio punto, alza considerablemente la calzada sobre el río,
aunque arranque tomando como cuerda el nivel mismo de aguas medias. Al
establecer las rasantes del enlace con el camino antes y después del cauce,
resulta el perfil fuertemente alomado, que se ha tomado como típicamente
medieval, aunque creemos que los puentes agrupados en este capítulo, muestra su
origen romano" (*3). El prototipo de estos puentes, según Fernández
Casado sería el de Cangas de Onís, citando luego el mismo autor otros en el
resto de la Península. Nosotros pensamos que este "tercer tipo de
puentes" no deben ser considerados todos como romanos, y que cabrá
revisarlos en cada zona en concreto, teniendo como referencia las características
técnicas y constructivas de cada obra de fábrica en sí, así como la vía
romana o camino medieval o moderno al que pertenece. En lo que concierne a la
provincia de Cuenca, los dos puentes que presentamos, pensamos que se salen de
las obras de fábrica romanas y que deben ser considerados posteriores:
bajo-medieval el puente del Castellar y de época moderna el de Vadocañas.
EL
PUENTE DE VADOCAÑAS (INIESTA-VENTA DEL MORO)
La
referencia más importante en las fuentes documentales sobre dicho puente,
aparecen en "Las Relaciones de los Pueblos del Obispado de Cuenca",
mandadas hacer por orden del rey Felipe II (*7) (1.575). Allí, respondiendo a
la pregunta 22 de la Instrucción y Memoria que debía hacer la villa de Iniesta,
se recoge: "No hay en el dicho río (se refiere al Cabriel) barcos; e hay
una muy principal puente y edificio que lo han los que lo ven a la parte de
Vadocañas, camino de Requena y Valencia, de piedra labrada, fecha a costa de
esta villa y repartimientos de vecinos, y con gran gasto, que duró años, por
no tener de propios, de un solo ojo y de gran altura y anchura. Pasan carros y
gentes. Tiene el ojo ciento y viente pies en güeco, de mucha largura. Dicen ser
la mayor y mejor y de grandes y mayores piedras del reino, y pasan bestias, y todo
lo demás, de Toledo y otras partes a Valencia y Requena donde está la
aduana".
Fidel
García Berlanga, en un estudio sobre las ventas y la posada de La Manchuela,
recoge sobre dicho puente: "Hasta hubo tiempo en que inútiles los dos
citados (se refiere a los puentes del
De
estos textos se deduce con claridac la construcción del puente actual en 1;
segunda mitad del siglo XVI y comienzo: del XVII, y lo que es más importante, e
modo de financiación de la obra " cosí; de esta villa (Iniesta) y
repartimiento de vecinos".
Este
documento corrobora la opinión de Gonzalo Menéndez Piclal, que parí edad
moderna, en su trabajo sobre lo« "los caminos en la historia de España'
indica: "...aunque la nueva economía de] Estado ya podía acometer grandes
obras públicas, como canales y presas, en general la construcción y conservación
de caminos y puentes siguió estando a cargo de los municipios y señores
locales..." (*9)
El
Puente de Vadocañas (Iniesta-Venta del Moro) está situado (véase hoja M.T.N.,
718) en las siguientes coordenadas: 39 grados, 26 minutos, 30 segundos latitud
norte y 2 grados, 9 minutos, longitud este según meridiano de Madrid. Permite
el paso del río Cabriel, en una zona de aguas remansadas y tranquilas, que
probablemente antes de la existencia de este puente se cruzaría por medio de un
sumario puente de madera o por medio de barcazas, de ahí su nombre de Vadocañas.
R. Chevalier indica: "Algunas de estas barcazas son mencionadas por los
textos, por ejemplo, la barcaza de Gavillen (Rstrabón, IV, 1, 11) con
"Pontones" o "Rates" manejados a remo o "A la traille"
por los "Ratiarii". Se encuentran frecuentes menciones de barcaza en
puntos de paso obligado, tanto utilizados en la antigüedad, como por los
viajeros de época moderna. Tales barcazas son muy numerosas todavía en España"
(*10).
Presenta
dicho puente una cuidada obra de cantería tanto en al interior de la bóveda,
con las dovelas del arco (dobles). El arco de medio punto tiene 33 metros de luz
y está cimentado en las mismas rocas de las márgenes del río, lo cual provoca
el alzamiento del camino, sobre el puente, resultando éste con el perfil clásico
de "lomo de asno". Así mismo es cuidada la obra de cantería en los
paramentos y tímpano, tanto aguas arriba como aguas abajo. Se conserva el
pretil y el camino empedrado sobre el puente, de unos cinco metros de anchura.
Fin dicho pretil, rematado con sillares troncocónicos se observan varias cruces
grabadas en éstos, algunas simples, otras con triángulo, otras dobles, etc.;
así como algunas marcas de cantero. Su estado actual de conservación es muy
bueno.
Como
esta construcción está fechada por las fuentes documentales podemos decir que
desde el punto de vista técnico estamos ante una obra de fábrica de época
moderna.
Desde
el punto de vista de las comunicaciones la zona de Vadocañas ha debido ser
utilizada desde época antigua como zona de paso para permitir el acceso de los
caminos en dirección oeste -este entre el interior de la meseta y el Levante.
Desde la zona de Iniesta, los caminos debían pasar cié una zona llana a una
zona montañosa (las estribaciones
Por
el Paso de Pajazo (en la actualidad bajo el embalse de Contreras), véase hoja
de M.T.N., núm. 692. En el artículo de García Berlanga, se recoge además
sobre éste: "El paraje del Pajazo, que también se decía San Miguel del
Pajazo, era rincón inolvidable..., el puente de piedra de sillería, gallardo y
sabedor de sus derechos, que muchos tenían... por este paso y por el próximo
vado de Ea Parra, para no pagar pontazgo unos y para evitar ser vistos otros,
cruzó media historia de España" (*8).
Por
el Paso de Contreras, una legua más abajo del anterior (véase hoja núm. 692).
En el artículo de García Berlanga se recoge: "Ea otra venta, que próxima
a aquella (la del Pajazo) alcanzó también renombre fue la de Contreras situada
a una legua, río Gabriel abajo, de la anterior. Este Cabriel era difícil de
cruzarlo por cualquier tramo por ser travieso, de fuertes riadas y derribar
puentes por sólidos ue se creyesen. Por esos los pasos del camino de Castilla a
Levante se realizaban unas veces por Contreras y otras por Pajazo, según el
estado de los puentes (*8).
Por
la Puenseca, una legua más arriba de Vadocañas. En las Relaciones de Pueblos
del Obispado de Cuennca se recoge: "Hay otro puente arriba en el mismo río,
distante una legua, que dicen la Puenseca, muy angosto, hasta siete pies, alta,
sin ningún pretil, rasa, y de un ojo muy delgado, en parte áspera, y entradas
para gente de a pie y ganados, de piedra y rajóla y yeso, y edificio antiquísimo,
de que no hay memoria..." (*7). POR EL PASO DE VADOCAÑAS
Históricamente
hemos podido documentar en época romana la existencia de una vía romana entre
Iniesta, cruce de caminos y de la vía 31 del Itinerario de Antonino y Valencia,
lugar de enlace con la vía Augustea, a través del paso de Vadocañas, Utiel y
Requena (*11). Lógicamente en esa época no existiría el actual puente, debiéndose
realizar el paso por medio de barcazas como señalamos anteriormente.
Probablemente también el Paso del Pajazo fuese utilizado en época romana, pues
las cercanías de las minas de sal de Minglanilla y la existencia de un
"Camino de las minas al Pajazo" por La Pesquera así lo hacían
pensar. Así mismo la Puenseca quizá fuese también obra de fábrica antigua,
pero como en el caso de Contreras y el Pajazo, y debido a la obra del embalse sólo
cabe hacer conjeturas. A nuestro juicio el paso de Contreras debe ser de época
moderna ya que en época romana con los pasos por Vadocañas, el Pajazo y quizá
Puenseca serían suficientes.
En
los itinerarios de época moderna (en particular los de Villuga y Meneses) (*12)
en los diversos caminos citados entre Valencia y el interior, se recogen sobre
todo después de Utiel, la Venta Nueva, Venta del Pajazo y La Pesquera, debiendo
ser este paso sin duda el más importante. De ahí que Iniesta se decida a
costear con su propio dinero y trabajo la construcción de este puente en Vadocañas,
que posibilite un mayor acercamiento a la ruta con Valencia y Castilla, pasando
por Iniesta, que ya fue cruce de caminos en época romana y en época medieval,
en el camino de Córdoba a Zaragoza y que ahora lo vuelve a ser en época
moderna entre las rutas de Andalucía, Castilla Y Levante.
A
la infraestructura del puente se le une la creación de las ventas, que como la
de Vadocañas, todavía hoy en pie, construida con gruesos adobes, que jalonaban
esta ruta en un lado del Cabriel (Vadocañas en la provincia de Cuenca) y la
Venta del Can en el lado opuesto del río (provincia de Valencia), pudiendo
utilizarse en esta época como señalizador de caminos una probable lápida
romana situada junto al actual camino a la Venta de Vadocañas.
CONCLUSIONES
La
diferenciación de puentes romanos de otros de época posterior debe basarse por
un lado en el análisis técnico de la obra de fábrica en sí misma y por otro
en un análisis de las comunicaciones en las diversas épocas en las que se ha
podido utilizar el puente. Para épocas posteriores a la romana debe acompañarse
el estudio de una búsqueda de documentación que pueda hacer referencia a la
construcción de los puentes y a su modo de financiación, para clarificar los
problemas que solamente con el análisis técnico o de las comunicaciones no se
podría resolver.
Hay
que revisar los puentes que Fernández Casado incluye en su estudio como
"Tercer tipo de puentes romanos" (con lomo de asno) pues algunos de
ellos pueden ser posteriores a época romana.
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El Puente de Vadocañas ... es de época moderna y permite la comunicación
entre Iniesta y los caminos de Andalucía y Castilla con el Levante,
aprovechando una antigua vía romana, que no debe hacernos confundirnos sobre la
época en que se construyó el puente, la segunda mitad del siglo XVI, como se
deduce de las fuentes documentales y de las características técnicas y
constructivas de la obra de fábrica.
Asociación Cultural Amigos de Venta del
Moro
Lebrillo 20